Los Rosales, Bogotá.
1992
Equipo de trabajo: Mauricio Pinilla, Gustavo Sorzano y Clemencia Paez.
El barrio los Rosales de Bogotá, constituía hasta hace muy pocos años un sector con excepcionales calidades ambientales, en virtud de sus corrientes de agua, su vegetación frondosa y la topografía de los cerros cercanos. Atónitos hemos presenciado la pérdida de todas ellas, a manos de la especulación y la torpeza normativa.
Al observar este edificio sorprende positivamente el encontrar preservada mucha de la vegetación
del lote, verificar una altura discreta y unos aislamientos laterales que permiten atenuar el impacto de la masa construida, factores todos que de alguna manera nos devuelven aquel recuerdo amable del barrio ya inexistente.
Un edificio que invita a descifrar los patrones compositivos de sus fachadas, surgidas de “un orden subvertido por el programa, por la casualidad…”, según lo refiere su autor; un edificio que, aunque recoge experiencias constructivas casi extintas entre nosotros, resulta experimentalmente interesante cuando dosifica los diversos materiales bajo la racionalidad de su propia naturaleza y una muy refinada visión del diseño.
