Arquitectura, Naturaleza y Energía

Colegio Santiago de Las Atalayas

Bogotá
2000

Equipo de trabajo: Mauricio Pinilla, Christian Binkele y Freddy Pérez.

Este proyecto recuerda la frase en la que Aldo Van Eyck comparaba a la escuela con la ciudad.

Establece un espacio generoso de contacto con el barrio, compartido por escolares y vecinos.

Dos elementos del programa, la sala múltiple y la biblioteca, configuran parcialmente el borde de este espacio, de manera que puedan ofrecer servicio a la comunidad en horarios alternos al de las clases.

A continuación, una plazoleta da la bienvenida al colegio. La flanquean los citados edificios y la rectoría de la institución. Equivale a la plaza mayor de la ciudad escolar.

De allí parte una calle que lleva a los distintos barrios: El preescolar, la primaria y la educación media y superior.

Las aulas equivalen a las viviendas, con pequeños jardines para prolongar hacia el aire libre las clases.

En el extremo de cada barrio están los talleres y laboratorios. Equivalen a los equipamientos y en asociación con las aulas construyen un espacio abierto y arbolado que convoca a los niños y jóvenes.

El espacio para los árboles y el juego constituyó desde los primeros trazos un tema fundamental para el proyecto.

Queríamos construir una simbiosis entre arquitectura y naturaleza, la una penetrando en la otra, en oposición a las iniciativas convencionales, en las que los edificios se erigen de manera autónoma y dominante y el espacio libre constituye el residuo de la operación proyectual.

Como en todos los proyectos de la firma, un sistema de coordinación dimensional permite encajar los distintos bloques, baldosas y demás materiales utilizados sin necesidad de recortes, generando ahorros económicos significativos para nuestros clientes y una menor huella de carbono de la construcción.